lunes, 23 de febrero de 2015

Sabes que te quiero, cosita divina..




Terriblemente, terriblemente vivo, afligido, 
absolutamente consciente de que te necesito..
He de verte, te veo brillante y maravillosa 
y al mismo tiempo le he escrito a … 
y me siento desgarrado, pero tú lo entenderás, 
debes entenderlo. 
Ana, no te apartes de mí. 
me envuelves como una llama brillante. 
Ana, por Dios, si supieras lo que siento en este momento. 
Quiero conocerte mejor. 
Te quiero. Te quise cuando viniste a sentarte en mi cama 
-esa segunda tarde fue toda como una cálida neblina- 
y de nuevo oigo cómo pronuncias mi nombre, 
con ese extraño acento tuyo. 
Despiertas en mí tal mezcla de sentimientos 
que no sé cómo acercarme a ti. 
Ven a mí, aproxímate a mí, 
será de lo más hermoso, te lo prometo. 
No sabes cuánto me gusta tu franqueza, 
es casi humildad. 
Sería incapaz de oponerme a ella. 
Esta noche he pensado que debería 
estar casado con una mujer como tú. 
O es que el amor, 
al principio inspira siempre esos pensamientos? . 
No temo que quieras herirme. 
Veo que tú también posees fuerza, 
de distinto orden, más escurridiza. 
No, no te romperás. 
Dije muchas tonterías sobre tu fragilidad. 
Siempre he sentido un poco de vergüenza, 
pero la última vez menos. 
Acabará desapareciendo toda.



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